Nuestra historia
Factory Pixel es una agencia de desarrollo web y marketing digital poco convencional. No porque se hagan las cosas de forma diferente –que también- sino porque nace de una forma muy poco habitual.
Muchos, en esta vida y después de una crisis económica que nos ha llevado a pasar por diversas crisis existenciales más de una vez desde 2007, se han tenido que reinventar. Algo así le pasó a Factory Pixel que era una empresa especializada en desarrollo audiovisual. Sí, tal como lo lees: solo se dedicaba al diseño de vídeos, audios e imágenes corporativas. Obviamente, en la era en la que vivimos, lo más importante es renovarse porque ahora eso de “Renovarse o morir” o te lo tomas al pie de la letra o de verdad mueres en el intento.
Las cosas se pusieron serias para nosotros no hace mucho. Así que, con la intención de hacer realidad nuestros sueños, nace Factory Pixel, una empresa especializada en el Disc Authoring y en la producción audiovisual. Sin embargo, en la era digital, hay que afrontar las cosas como son: o te subcontratan u ofreces tú todos los servicios. y, vistas así las cosas, ¿por qué no ponerse en serio de verdad?
Y sí, esta es la historia de Factory Pixel. Te podríamos contar mil cosas más, como todos los rollos administrativos, los cursos que hemos tenido que hacer para poder llegar hasta aquí pero, ¿qué más dará? Lo importante es que hemos llegado hasta aquí y tú también. Sabemos que ser una empresa joven puede asustar, pero a nosotros es lo que más nos gusta, lo prometemos. Y sí, en parte es porque nos consideramos una familia, pero por otro lado es por el simple hecho de que somos una familia que construye muchas casas. Sí, hablamos de los proyectos. Nos encantan los retos, nos gusta apasionarnos con ideas, con sueños, porque sabemos lo complicado que puede ser llegar a lanzar un sueño, lo difícil y desesperante que es ver que está ahí, que lo tocas con las manos y que no parece acabar de cuajar, de nacer.
Por eso, en Factory Pixel, tratamos todos los proyectos como si fuesen propios, como si de verdad nos fuese la vida en ellos. Y no es por el precio que nos pagan, ni por la reputación que nos puede dar sacar adelante X proyecto, sino porque creemos en las personas, en sus sueños, en sus ilusiones, en que la pasión es la que mueve realmente el mundo.